Sin embargo, hay algo que compensa tanto sufrimiento. Se trata del Hospital Brooke para burros, donde estos no sólo reciben un buen servicio veterinario, comen, se bañan y duermen en habitaciones especiales, sino que además tienen tiempo para hacer ejercicio y también amigos cuando salen a pasear por el patio grande del recinto.
Es decir, un burro en el Brooke es tratado de tan agasajadora manera que muchos se niegan a abandonar la clínica cuando sus dueños van a recogerlos tras un periodo de cura que oscila entre una semana y un mes, explicó el director general del centro veterinario, Naser Hosni.
Y es que “casi todos los borricos sufren de malos tratos a manos de los carreteros, ellos mismos tratados con desprecio, mirados mal por la comunidad y perseguidos por la policía”, agregó Hosni.
Desde que fue fundado en 1934, el Brooke ha tratado a 263.000 burros. Además, cuenta con un equipo de 189 especialistas y 24 clínicas móviles que atienden a los animales las 24 horas del día en cualquier parte de Egipto.
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